La ideología duerme en cubos de basura.
Hay una historia en cada rincón que habito
mientras te pienso.
El mundo no necesita un ser humano para respirar,
y nosotros buscamos su aire en cada aliento que nos damos.
Vivo saltándome las normas de lo que un día
nos vinieron a contar.
Cómo debes vivir.
Cómo debes soñar.
Cómo debes morir en vida mientras visitas oficinas vacías.
Cómo debes amar,
mirando a cada lado de tu felicidad,
por si hay restos de ambigüedad.
Grito libertad en una tierra donde los locos
nunca serán el motor del mundo,
pero llenarán corazones
con ganas de sexo en caricias.,
y suspirarán sin inmutar palabra,
mientras unos ojos verdes los miran
y los traspasan.
La economía es un problema a resolver,
mientras los millonarios caminan exentos de deseos salvajes.
Ya no juzgo mi manera de amar.
A nadie le importa el uso que hagamos del verbo.
Tengo callos en las manos de rastrillar la maleza
en sueños oscuros y noches en vela.
Amar en libertad supone la libertad de uno mismo
cuando cierra la puerta a las sombras.
Luz. Libertad. Amar.
El resto es musgo húmedo ocupando el espacio de los besos.
No decido.
No depende de mi.
No quiero caer, si no es entre tus brazos
mientras tragamos las ganas
y nos echamos de menos.
Acudo al anticuario a vender mi sonrisa triste
por una que me permita ser yo.
Rompo mi camisa y cualquier harapo es válido
si eres tu quien me deja el pecho al desnudo.
El mundo necesita amor.
Necesita al miedo en jaulas de cartón
y al odio cavando su propia zanja.
Te quiero así.
Abrazado a mi propia vida.
Acariciando la tuya hasta estremecernos de emoción.
Sosteniendo el frío en la ventana,
esperando que aparezcas,
mientras salgo a buscarte.