El banco.

Hoy parece que hace algo de sol. Pero engaña. 
El frío se aferra a las mejillas y los dedos que sostienen el cigarrillo. 
El banco sigue sucio. Hace días que nadie lo limpia y hay algo raro en el ambiente.
Uno cree que el día de hoy sostiene el cambio entre sus manos, 
pero a través de las horas se pueden ver los rayos de la cotidianidad.
Hoy he encontrado los dedos más amarillos que de costumbre 
y el bar de al lado tiene un ambiente nuevo. 
Parece que hay renovación.
Son tantos los años arrastrados en las espaldas que a veces pesa y otras, espanta. 
Son tantas las veces que pienso que debo cambiar, que esto no es bueno para nadie. 
Y menos para mi. 
Cada día es parecido al anterior con la excepción 
de las hojas de los árboles que caen muriendo  
y la lluvia que resbala.
Arráncame el corazón, y haz que lata junto al tuyo. 
Transmite la mirada y dibuja los labios en el aire. 
Y vuela, vuela y cae entre mi pecho, acurrucada, expectante, triste y despierta, 
tan leve y llena de vida.
Calor entre mis dedos. Se acaba el cigarrillo. 
La tos me invade sin compasión y envejece mi pelo y mi garganta.
Efectivamente, hay aires de cambio. Se respiran cada noche.
Vuelvo a casa.
Y ya era tarde para recoger la sangre.
Ha pasado algún tiempo,
ha pasado algo más.
He perdido en importancia,
he ganado en seriedad.
y aunque hace ya bastante que he dejado de crecer,
todavía alguna vez…

4 comentarios sobre “El banco.

  1. •~…melancólico escrito y con su respectiva belleza.
    “Arráncame el corazón, y haz que lata junto al tuyo.
    Transmite la mirada y dibuja los labios en el aire.
    Y vuela, vuela y cae entre mi pecho, acurrucada, expectante, triste y despierta,
    tan leve y llena de vida”.
    Se siente vibrante como la música 🎶
    Abrazos desde el otro lado!~•

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